OPTIPARTUM C+: La enzima que incrementará la producción de leche de tus vacas

A lo largo de la historia han sido muchos los descubrimientos que han revolucionado el mundo en el que vivimos y que han sido aprovechados por el hombre para diferentes fines. Nos referimos al fuego, la rueda, el arado, la máquina de vapor, la imprenta, los antibióticos o internet, entre otros.

Claramente uno de los objetivos más importantes de cualquier descubrimiento se basa en la mejora de la eficiencia de un proceso o actividad.

El principio de conservación de la energía enuncia que la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma. Pero no toda la energía que entra a un sistema se convierte en energía aprovechable, precisamente porque existe una interacción entre el sistema y el entorno. Tomando como ejemplo un motor de combustión interna, vemos que son muchas las pérdidas de energía que se producen, por ejemplo, por fricción. Sin embargo, si mejoramos la combustión e instalamos sistemas de recuperación de energía, podremos aumentar la cantidad de energía útil convertida y reducir el consumo de combustible. Estaremos, de esta forma, ante un motor más eficiente.

Centrémonos en el terreno que nos ocupa: la vaca de producción y su relación con la ración. Podríamos hacer una comparativa entre el animal en cuestión y una máquina. Gracias a un parámetro conocido como “Digestibilidad” podemos medir cuanta energía y nutrientes pueden extraer los animales de los alimentos que consumen.